Existen tres clases de guionista ¿Cuál de ellos eres tú?

Desde el punto de vista de cómo surge la primera idea de lo que acabará siendo una película, existen tres clases de guionista: el que comienza por los personajes, el que lo hace por la trama y el que empieza por el tema.

1. El guionista que comienza por los personajes:

La imaginación de este guionista se dispara cada vez que ve a alguien o piensa en algún conocido que tiene determinado rasgo peculiar o que llama su atención: su forma de ver la vida, una manera insólita de reaccionar ante determinada situación, el lenguaje que utiliza, una frase que dice en determinado momento, una anécdota que le ha sucedido, etc.

También puede ser que lo que llame la atención del guionista sea algún rasgo físico de esta persona o su forma de vestir, caminar, gesticular…

Los hermanos Coen contaban en una entrevista que la idea para escribir “The Man Who Wasn’t There” (en España “El hombre que nunca estuvo allí” y en Hispanoamérica “El hombre que nunca estuvo”) surgió cuando miraban una foto antigua de fin de curso de un grupo de niños. Les divirtió los cortes de pelo que los chicos llevaban y empezaron a hacer chistes sobre ellos, bromearon sobre la clase de persona que debería de ser el barbero que les había hecho tal faena a los niños y… así surgió el personaje protagonista de la película.

Este tipo de guionista suele ser bueno con los personajes, evidentemente, y también con los diálogos. Es habitual que muchas réplicas de sus personajes se le ocurran cuando está planificando su historia o escribiendo la escaleta.

2. El guionista que empieza por la trama:

Es aquel que se dice a sí mismo: “me gustaría escribir la historia de una banda de ladrones que asaltan un tren”, o “sería genial una película sobre la llegada del hombre a la luna”, o “voy a hacer un guion sobre un grupo de amigos aislado en la montaña y acosados por un asesino loco”.

A partir de aquí, traza una estructura básica de los puntos esenciales de su historia y piensa en el tipo de personajes que necesita para contarla.

A este tipo de guionista se le suelen dar bien los guiones de género: terror, acción, cine de temática criminal, etc.

3. El guionista que parte del tema:

Como seguramente ya sabrás, el tema es esa frase que define la esencia de tu guion o la idea básica sobre la que quieres reflexionar. Unas veces será algo muy evidente para el espectador (por ejemplo, en algunas películas con ideología política o filosófica muy marcada) otras veces será algo más sutil y que el público no apreciará a simple vista.

Las siguientes frases podrían ser el tema:

“El abismo intergeneracional se puede solucionar con diálogo”, “todo hombre tiene un precio aunque no siempre es el dinero”, “los grandes amores son siempre efímeros”, “el amor todo lo puede”, etc.

La frase sobre la que se construye una historia no siempre tiene por qué ser tan “filosófica”, no tiene por qué ser una idea que deseas transmitir como guionista. Decía Robert Towne, autor del guion de “Chinatown”, la célebre película dirigida por Roman Polanski, que la inspiración le surgió una mañana cuando estaba leyendo el periódico y vio un titular que decía: “O llevamos Los Ángeles al agua, o llevamos el agua a los Ángeles”. El artículo trataba sobre el problema de sequía de la ciudad de Los Ángeles y quien haya visto “Chinatown” sabrá que la película es un revival de cine negro en el que el detective protagonista investiga un enrevesado caso que se va volviendo cada vez más peligroso a medida que transcurre la trama.

Alguien podría decir que existe un cuarto tipo de guionista: el que empieza la historia porque se la ha encargado un productor. Es cierto que esa posibilidad existe pero, incluso cuando se está trabajando en un encargo, cada guionista estará inclinado a empezar por los personajes, la trama o el tema según sea su personalidad creativa.

 ¿Y tú?, a la hora de escribir un guion, ¿cuál es tu punto de partida? ¿de dónde surge tu primera idea?

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Diez películas que inspiraron asesinatos reales

Habitualmente, los guionistas se inspiran en asesinos de la vida real para crear sus historias. Pero de vez en cuando surge algún criminal que culpa de sus actos a los guiones escritos por estos guionistas.

¿Es cierto que el cine tiene una capacidad tan grande de influir en la mente humana que puede obligar a alguien a hacer algo que no desea?

¿Padecen estos asesinos de la epidemia de infantilismo que invade nuestra sociedad y no quieren asumir su propia responsabilidad?

¿Culpan al cine de sus actos por consejo de sus abogados para intentar que la ley sea benévola con ellos?

He seleccionado diez películas que inspiraron asesinatos reales pero podrían ser más:

1. LOS DIEZ MANDAMIENTOS (the Ten Commandments, 1956)

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Guion: Dorothy Clarke Wilson, J.K. Ingraham y A.E. Southon. Dirección: Cecil B. DeMille

Heinrich Pommerencke, apodado “La Bestia de la Selva Negra”, era un joven alemán obsesionado con el sexo que tras ver la, según él, conducta libertina de las mujeres en Los Diez Mandamientos, decidió dedicarse a violarlas y matarlas en 1959 y 1960, hasta que fue detenido.

2.LA NARANJA MECÁNICA (A Clockwork Orange, 1971)

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Guion y dirección: Stanley Kubrick

Cuando se estrenó La Naranja Mecánica se puso de moda entre ciertos grupos de adolescentes británicos vestirse como el protagonista y sus amigos. Algunos fueron demasiado lejos en su deseo de emulación:

– Un adolescente de 16 años mató a patadas a un hombre de 60.

– Otro, vestido como el protagonista, golpeó salvajemente a un niño.

– Una joven holandesa fue violada por un grupo mientras cantaban “Singing in the Rain”, como en La Naranja Mecánica.

3. TAXI DRIVER (1976)

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Guion: Paul Schrader. Dirección: Martin Scorsese

En este caso fue un intento de asesinato llevado a cabo por John Hinkley Jr. que había estado bajo tratamiento psiquiátrico, tenía una novia imaginaria, había acosado a Jodie Foster y al presidente Jimmy Carter… y que cuando vio Taxi Driver se obsesionó tanto con el protagonista que acabó creyendo que era él.

En 1981 intentó matar al presidente Ronald Reagan e hirió a tres personas antes de ser detenido.

4. PESADILLA EN ELM STREET (A Nightmare on Elm Street, 1984)

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Guion y dirección: Wes Craven

En Inglaterra, Donald González quería ser famoso y no sabía cómo conseguirlo hasta que vio Pesadilla en Elm Street. La película le dio la idea: Si mataba a diez personas, todo el mundo hablaría de él y, además, sabría cómo se siente uno al ser Freddy Krueger.

Recorrió Sussex y el Norte de Londres durante tres días acuchillando a la gente. Mató a cuatro personas e hirió a otras dos antes de ser detenido.

Hay que señalar que había sido diagnosticado como esquizofrénico paranoide.

5. ROBOCOP 2 (1990)

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Guion: Edward Neumeier, Michael Miner, Frank Miller y Walon Green. Dirección: Irvin Kershner

Un asesino en serie de Orange County (Nueva York) declaró que mató a sus seis primeras víctimas de la misma manera en que lo hacía un personaje de Robocop.

6. EL REY PESCADOR (The Fisher King, 1991)

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Guion: Richard LaGravenese. Dirección: Terry Guillian

Aunque El Rey Pescador no es una película violenta, George Hennard declaró que una de sus escenas le dio la idea de entrar en una cafetería de Texas y disparar contra los clientes. Mató a 22 e hirió a 23 antes de suicidarse.

Los vecinos de Hennard dijeron que era una persona muy violenta y con ataques de paranoia.

7. ASESINOS NATOS (Natural Born Killers, 1994)

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Argumento: Quentin Tarantino. Guion: Oliver Stone, Dave Veloz y Richard Rutowski. Director: Oliver Stone

Asesinos Natos se lleva la palma en cuanto a película “inspiradora” de criminales hasta el punto que Oliver Stone fue llamado a declarar como testigo en algún que otro juicio por asesinato.

– En Georgia (U.S.A.), Ronnie Beasley se afeitó la cabeza, se compró unas gafas como las del protagonista de Asesinos Natos y, junto a su novia, Angela Crosby, se dedicó a recorrer el país en coche robando, secuestrando y matando a quien se les ponía por delante. La pareja se hacía llamar Mickey y Mallory, como los personajes del filme de Oliver Stone.

– También Nathan Martínez se compró unas gafas de sol y se afeitó la cabeza como Woody Harrelson antes de conducir hasta Salt Lake City, Utah, y asesinar a su madrastra y a su medio hermana de 10 años.

– Sarah Edmonson y Benjamin Darras se pasaron la tarde tomando LSD y viendo una y otra vez Asesinos Natos. Después cogieron un coche y condujeron desde Oklahoma hasta Mississipi, donde mataron a un hombre de un disparo. Continuaron hasta Louisiana donde dispararon contra Patsy Byers, a la que dejaron parapléjica.

El marido de Patsy Byers demandó a Oliver Stone, a la productora y a la distribuidora de la película porque consideraba que ellos habían inspirado los crímenes.

– Kimveer Gill disparó contra los alumnos del Dawson College de Montreal, Canadá, matando a una persona e hiriendo a 19 antes de ser detenido.

– Un chico de 14 años decapitó a una muchacha de 13 en Texas.

– Un grupo de jóvenes que había visto la película 19 veces, mató a un camionero en Georgia, U.S.A.

8. SCREAM (1996)

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Guion: Kevin Williamson. Dirección: Wes Craven

– En enero de 1998, Samuel Ramírez, de 14 años y Mario Padilla, de 16, apuñalaron 45 veces a la madre de éste último en California. Dijeron al juez que lo habían hecho para robar a la mujer una cantidad de dinero que necesitaban para comprar un disfraz y una máscara como las de Goshtface, el asesino de Scream.

– En Inglaterra, Daniel Gill y Robert Fuller, de 14 y 15 años respectivamente, apuñalaron 18 veces a una amiga. Antes del intento de asesinato habían estado viendo Scream en casa de un traficante de drogas.

– En Florida, un hombre con la máscara de Goshtface disparó contra una mujer, matándola.

– En Francia, un chico mató a sus padres.

– En Inglaterra, dos niños mataron a otro.

9. MATRIX (The Matrix, 1999)

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Guion y dirección: Larry y Andy Wachowski

– Se dice que los autores de la matanza del instituto de Columbine se habían inspirado en la película, pero lo cierto es que no vivieron para confirmarlo.

– Quien sí aseguró haber sido influido por Matrix es Lee Boyd Malvo que, junto a John Allen Muhammad, mató a 3 personas en Louisiana y Alabama y a 10 en Whasington. Tenían planeado asesinar a 6 víctimas cada día para aterrorizar al país.

– Vadim Mieseges mató a una mujer en San Francisco y declaró en el juicio que había sido abducido por Matrix.

– En Ohio, una chica disparó en la cabeza a una mujer y pensaba hacer lo mismo con otras tres cuando la detuvieron. Declaró que no lo había hecho de verdad, que sólo era un sueño.

– En Virginia, Joe Cook, de 19 años, aseguró que no sabía lo que hacía cuando se vistió como el protagonista de Matrix, Neo, cogió un arma que había comprado porque se parecía a una de las usadas en la película, y mató a sus padres adoptivos. Seguramente, el hecho de que los padres biológicos de Joe fueran esquizofrénicos tendría algo que ver en el asunto…

10. AMERICAN PSYCHO (2000)

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Guion: Mary Harron y Guinevere Turner. Dirección: Mary Harron

– Michael Hernández asestó 40 puñaladas a su amiga Jamie Gough después de haber pasado la noche leyendo críticas y reportajes sobre esta película y sobre los asesinos de niños en Australia.

No son estas las únicas películas a las que se atribuye una influencia negativa sobre algunos espectadores. ¿Tú qué opinas? ¿La culpa es del cine o de los asesinos?

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El Melodrama: Entre los sentimientos y el sentimentalismo

Según el Diccionario de la Lengua Española de la R.A.E. melodrama es una “obra teatral, literaria, cinematográfica o radiofónica en la que se acentúan los aspectos patéticos y sentimentales”. También según la R.A.E., patético es aquello “que es capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes, y con particularidad dolor, tristeza o melancolía”.

Son melodramas la mayoría de las telenovelas, muchas historias de amor, gran parte de las comedias románticas, y esas películas que podríamos etiquetar como “muy bonitas, muy humanas y con muchos sentimientos”.

Características del melodrama

No todas las historias románticas, de amor. de relaciones familiares o con protagonistas que sufren mucho son melodramas como no lo son todas las películas que pertenecen al género «drama personal». El melodrama tiene unas características propias.

Estas son las principales:

1. Sentimentalismo sin sentimientos auténticos

La característica básica del melodrama es la utilización de lo sentimental, su exageración y enfatización hasta cruzar la frontera entre los sentimientos auténticos y el sentimentalismo, entre las emociones verdaderas y la simulación de estas. El melodrama no utiliza sentimientos reales sino su simulación y exageración hasta llegar al sentimentalismo.

2. Utilización de estereotipos

En este género los personajes no son individuos únicos e irrepetibles (como lo somos los seres humanos y como lo son los personajes de las grandes obras de la literatura o el cine) sino estereotipos: La madre coraje, la mujer maltratada, el niño indefenso, el enfermo, el villano brutal, el desvalido, el humillado, etc.

Los personajes del melodrama carecen de la profundidad y elaboración que tendrían en otros géneros porque es necesario que el público se proyecte en ellos, les ponga su propia identidad o la de alguien que conoce. Si los personajes fueran muy elaborados y, por lo tanto, individualizados, el espectador sentiría compasión o simpatía por ellos, sí, pero no viviría la narración como si le estuviese pasando a él y no se conmovería tanto.

3. Situaciones genéricas

También las situaciones que se plantean en el melodrama son genéricas: Conflicto entre clases sociales extremas (muy altas y muy bajas), enfrentamiento entre un personaje muy muy bueno y otro muy muy malvado, cambio brusco de condición social (¿quién no ha soñado alguna vez con que le toque la lotería?), sacrificio extremo de un personaje que renuncia a su bienestar, su felicidad e incluso su vida por amor a su pareja, su hijo, su país o el bien de su comunidad…

¿Por qué es preciso que para que un melodrama cumpla con su objetivo de conmover al espectador, emocionarlo y hacerle soltar alguna lagrimita se utilicen situaciones genéricas y poco desarrolladas? Porque así el público rellenará los huecos de la historia con sus vivencias personales y pondrá sus propios sentimientos en lo que se le está contando.

Lo que conmueve al espectador de un melodrama no es lo que le ocurre a la protagonista de turno sino lo que siente que le pasa, le ha pasado o podría pasarle a él si estuviera en la situación del personaje.

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Ejemplos de one pager

Su nombre original es «one pager» pero en español algunos lo han bautizado como «one page» porque consiste en una sola página.

El «one pager» o la «one page» es la carta de presentación de un guion y, a menudo, es la única oportunidad que te darán (productores, televisiones, posibles inversores…) para que cuentes algo de tu proyecto. Dependerá se si les gusta o no que se planteen la posibilidad de seguir leyendo.

Te presento dos ejemplos para que te sirvan de inspiración pero puedes diseñar tu propio one pager adaptándolo a tu personalidad y a la estética de la trama de tu guion.

Ejemplo 1:

Ejemplo 2:

Como puedes ver, no es nada complicado.

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Cómo crear un villano memorable

En cualquier clase de película (ya sea un drama, una comedia, una historia de acción o de cualquier otro género) el antagonista es tan importante, o más, que el protagonista.

Y lo es porque el antagonista es el personaje encargado de poner en marcha la historia y mantenerla en movimiento creando conflicto e ideando obstáculos y dificultades que impidan al protagonista alcanzar su objetivo.

Pero si escribes guiones de “bueno contra malo”, “héroe contra villano”, es todavía más necesario que cuides a tu antagonista. Porque en thrillers, películas de terror y similares, la verdadera estrella es, muy a menudo, el villano: Hannibal Lecter, Drácula, Norman Bates, Freddy Krueger…

Por lo tanto, cuando tienes un villano en tu guion, tienes que cuidarlo mucho y, para ello, debes tener en cuenta varios puntos:

1. Que sea un personaje activo

Si hemos dicho que el antagonista es el encargado de poner en marcha la historia y de mantenerla en movimiento, es evidente que tendrá que ser un personaje activo, con iniciativas propias.

El protagonista puede permitirse el lujo de ser reactivo (la mayoría de las veces lo es durante los dos primeros actos de la narración), es decir, puede limitarse a reaccionar ante las acciones del antagonista. Pero éste último necesita llevar la iniciativa, al menos, durante los dos primeros actos.

El punto de giro que nos lleva del segundo acto al tercero puede ser el momento en que el protagonista decide volverse activo obligando con ello al antagonista a ser reactivo.

2. Dale su propia trama

Podemos llamarla “contra-trama” ya que se opone a la principal liderada por el protagonista.

Trabajar bien la trama de tu villano es esencial si quieres conseguir una historia consistente, que no “haga aguas”. No hay que olvidar que es la intención del antagonista (impedir que el protagonista obtenga lo que desea) lo que hace posible la historia que se cuenta.

3. Que tenga objetivos claros

Los objetivos del malvado pueden estar ocultos para el espectador durante gran parte del guion para provocar la curiosidad y el interés, pero deben estar claros para tu antagonista y para ti porque es la única manera de que lo puedas hacer actuar con coherencia.

Que tu villano sepa qué quiere y por qué, aunque el protagonista y el espectador tarden en averiguarlo.

4. Trabaja bien su perfil psicológico para que tenga un comportamiento coherente

Que tu villano no sea un estereotipo plano, dale individualidad convirtiéndolo en un ser humano de carne y hueso (o en un monstruo con personalidad propia).

Puede que sea malvado o que sus acciones nos parezcan reprobables, pero deben tener coherencia. Los actos de Hannibal Lecter son terribles pero siempre actúa dentro de su propia lógica: se comería a su vecino sin dudarlo un momento, pero jamás acompañaría su ágape con un vino que no sea adecuado.

5. Que no sea totalmente malvado

Nadie es totalmente malvado las veinticuatro horas del día. Si quieres que tu antagonista sea creíble, dale algún rasgo que lo humanice.

Incluso si tu villano es un monstruo, ten en cuenta que monstruosidad no implica maldad, sino incapacidad de convivir con la normalidad. Drácula no bebe la sangre de sus víctimas por capricho sino que la necesita para sobrevivir, Freddy Krueger no elige matar, es su naturaleza la que le impulsa a ello.

6. Que no se considere a sí mismo malvado

Los seres humanos acostumbramos a justificar nuestros comportamientos negativos con miles de excusas porque, en el fondo, todos nos consideramos “buenas personas” aunque, muy probablemente, alguna vez habremos hecho daño a alguien de forma consciente o inconsciente. Si quieres que tu villano sea verosímil, hazlo tolerante con sus propias maldades.

7. ¿Cuáles son sus fortalezas, las que lo hacen temible para el protagonista?

Es importante que, cuando trabajes el perfil de tu antagonista, le dediques atención a todo aquello que lo convertirá en una pesadilla para el protagonista y que hará pensar al espectador que es prácticamente imposible vencerle. Eso le dará suspense y tensión a tu historia.

8. ¿Cuáles son sus debilidades?

Aunque, al inicio de la película y durante gran parte de ella, el villano parezca invencible, debe tener algún punto débil, algo que permita al protagonista acabar ganándole la partida de una forma creíble.

Recuerda que, cuanto mejor sea tu villano, más oportunidades de lucirse tendrá tu héroe.

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Nosferatu: La soledad del monstruo

Nosferatu, eine Symphonie des Grauens

De todos los vampiros, literarios y cinematográficos que conozco, sólo el viejo Nosferatu de Murnau (Alemania, 1922) ha sido capaz de despertar mi compasión. Basada en la novela de Bram Stoker y con guion de Henrik Galeen, la película «Nosferatu, una Sinfonía del Horror» es una de las que mejor reflejan lo que significa ser un monstruo.

El monstruo no es bueno ni malo. Ser un monstruo no es positivo ni negativo en sí mismo. La diferencia entre la monstruosidad y la normalidad es una mera cuestión estadística:

Es normal aquello que entra dentro de la norma, es decir, que tiene las características mayoritarias en la naturaleza. Es monstruoso aquello que tiene demasiadas propiedades que se apartan de la normalidad.

Por ello el monstruo es un ser anormal.

Y ser anormal tampoco es bueno ni malo, negativo o positivo, simplemente es un calificativo que describe lo que no sigue la norma.

El conflicto entre normal y anormal, entre el monstruo y el resto de los seres, surge cuando se ven obligados a compartir un mismo espacio, porque el exceso de características que les diferencian no sólo les impide convivir sino que les enfrenta: para que uno de ellos sobreviva, el otro debe morir.

El vampiro está obligado a destruir al ser humano porque necesita su sangre para sobrevivir, como el león precisa de la carne de la cebra para alimentarse. El ser humano necesita destruir al vampiro porque su proximidad es una seria amenaza para la supervivencia.

Ninguno de los dos es el “malo” de la película puesto que ambos se limitan a luchar por su supervivencia según les obligan las leyes naturaleza.

Nosferatu, eine Symphonie des Grauens

El monstruo, el vampiro, está condenado a la soledad a la vez que se ve obligado a buscar la proximidad con los seres humanos. Y el guionista Henrik Galeen y F.W.Murnau supieron reflejar muy bien esa soledad en la película Nosferatu, con ese pobre vampiro que vive aislado en su viejo castillo de los Cárpatos, sin nadie que le acompañe, que tiene que conducir él mismo su coche de caballos porque no tiene cochero, que sirve la cena a su invitado alegando que los criados están durmiendo, cuando sabemos que no puede tener criados, que pasa las noches solo y en vela, espiando tras la ventana lo que sucede en la casa de sus vecinos humanos…

Por eso, por esa soledad obligada y no escogida, Nosferatu me ha parecido siempre digno de compasión.

Cada vez que vuelvo a ver esta vieja película de Murnau y veo ese pobre monstruo, tan terriblemente feo, recorrer las calles vacías de la ciudad con su ataúd bajo el brazo, no puedo evitar sentir cierta ternura hacia él…

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Cinco errores que no deberías cometer cuando escribes un guion

Los siguientes no son los únicos errores que se pueden cometer a la hora de escribir un guion, pero sí son de los más graves y hay que evitar caer en ellos:

1. No planificar tu historia antes de empezar a escribir.

Se te ha ocurrido una escena chula, un par de personajes que te gustan, unas cuantas frases que te parecen geniales y empiezas a escribir sin saber a dónde quieres llegar “porque prefiero dejar que la inspiración fluya” y… cuando llegas a la página 10 (puede que a la 20-30 si eres una persona realmente testaruda) descubres que no sabes cómo seguir ni qué hacer con tus personajes.

Antes de empezar a escribir la primera escena tienes que saber cuál es el final de tu historia y cómo vas a llegar a él. Necesitas un “mapa de ruta” que te asegure llegar a buen puerto.

Es preciso que escribas una escaleta y/o una sinopsis en la que estén esbozados los personajes principales, sus características básicas, el detonante que los hará salir de la normalidad y embarcarse en la aventura de la historia que quieres contar, el primer punto de giro que hace que la historia cambie de dirección y nos lleva al segundo acto, el tipo de obstáculos a los que se enfrentará tu personaje para conseguir su objetivo, el segundo punto de giro que lleva el argumento al tercer acto y el clímax final.

Porque si no tienes todo eso, como mínimo, no tienes historia, sólo tienes unas cuantas escenas en tu cabeza, alguna frase que te parece impactante, un par de esbozos de personajes… pero no tienes un guion.

2. Escribir sobre temas de los que no tienes ni idea… sin documentarte antes.

No es que no puedas escribir sobre asuntos que desconoces, es que antes de hacerlo debes investigar sobre los mismos.

Narrar una historia sobre la caza de ballenas puede ser muy exótico y darle un universo enriquecedor a tu guion, pero si no has visto el mar en tu vida el guion va a resultar poco creíble y seguramente acabarás poniendo a los personajes en situaciones ridículas.

Un guion que transcurra en una mina de carbón puede ser un desafío atractivo para un guionista pero será mejor que antes se informe, mucho, sobre las condiciones de vida de los mineros, su forma de trabajar, su cotidianeidad, etc. o no habrá nadie que quiera ver la película.

Que no te venza la pereza, mientras te documentas aprenderás cosas apasionantes sobre temas de los que sabías poco o nada, descubrirás mundos nuevos, formas diferentes de entender la vida y, además, encontrarás ideas interesantes que enriquecerán tu guion.

3. Imitar tu película/serie favorita.

Sí, todos sabemos que “El Padrino”, “Casablanca”, “Matrix”, “Juego de Tronos” son historias geniales y a todos nos han entusiasmado pero no intentes imitarlas porque sólo conseguirás, en el mejor de los casos, un pobre sucedáneo.

Sé tú mismo. Escribe sobre los temas y las personas que te conmueven, te emocionan, te enfadan, te hacen soñar, te hacen reír o te exasperan.

No tengas miedo de mostrar al espectador cómo ves el mundo y lo que opinas sobre el mismo. Ese es el camino para que tus guiones sean tan memorables e impactantes como las películas y series que te entusiasman.

4. Pretender ser original.

No hay nada menos original en el mundo que pretender ser original forzadamente. Es otra forma de caer en el cliché y los lugares comunes.

La única forma que existe de hacer algo nuevo, algo distinto, de ser original, consiste en ser tú mismo.

Tú ya eres original, único, pero no te has dado cuenta porque convives contigo mismo veinticuatro horas al día y es difícil que lo notes.

Como todo ser humano, tú tienes una forma personal y única de ver la vida. Nadie mira el mundo de la forma en que tú lo haces. Cualquier historia que escribas, si lo haces con honestidad y sin miedo, será original porque nadie siente la vida de la misma manera que tú.

Muestra al espectador cómo es tu mirada sobre el mundo. Ahí reside la auténtica originalidad.

5. Dar más importancia a la forma que al fondo.

El guionista se dedica a escribir historias que van a ser expresadas mediante imágenes y, por lo tanto, la forma, la estética, el estilo, son primordiales. Nadie niega eso.

Pero una película que se limite a cuidar la forma sin tener como base una trama bien construida, con personajes sólidos, con un conflicto bien planificado y mejor desarrollado, con unos diálogos efectivos… es como una bonita caja de regalo con un bello envoltorio pero que cuando la abres descubres que está vacía.

A todos nos gusta ver imágenes bonitas, impactantes y sugerentes en una película pero ¿quién es capaz de aguantar dos horas viendo imágenes preciosas si una buena historia que les dé sentido?

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Cómo escribir un guion barato que tenga posibilidades de convertirse en película

Como guionista, captar el interés de una productora por tu trabajo no es sencillo.

Hay mucha competencia, puede que no conozcas a nadie influyente dentro del mundillo de los audiovisuales, quizás estás harto de enviar tus guiones  a productoras y sospechas que nadie se toma la molestia de leerlos.

Es posible que hayas decidido producirlo tú mismo con ayuda de tus amigos.

Escribe barato y tendrás más posibilidades de que tu guion llegue a ser la película que deseas.

Doce consejos para escribir un guion barato:

1-Sitúa el argumento de tu guion en la época actual.

Una historia que sucede en el siglo XV necesita un presupuesto en diseñadores, decoración, maquillaje, peluquería, investigación, localizaciones, sastrería, etc. que no precisa una película que suceda en 2018.

2-Utiliza los menos personajes posibles.

Cuantos más personajes tenga tu guion, más actores necesitarás… y eso cuesta dinero. Cuando corrijas tu guion, elimina de tu historia todos los personajes que puedas. También puedes fundir varios en uno solo, dándole a uno las acciones y diálogos de varios.

3-Nada de escenas de multitudes.

No hace falta explicarte que cuantas más personas aparezcan en una escena más cara será la película.

4-Evita las historias fantásticas que exijan crear un mundo propio y/o efectos especiales.

Este tipo de películas exigen un gran equipo de especialistas y elementos técnicos que conviertan lo imposible en posible… Y eso es caro.

5-No incluyas explosiones espectaculares, bombardeos y similares.

Este tipo de escenas, cuando están bien hechas, nos gustan a todos pero exigen expertos no sólo en explosiones sino en que éstas sucedan en el momento adecuado, consiguiendo la imagen oportuna y sin que nadie resulte herido.

El productor tendrá que gastarse mucho dinero en material, equipo humano y… polizas de seguro.

6-Que tu guion no sea demasiado largo.

Si puedes contar tu historia en 70 páginas no la alargues más. Cuanto más corto es un guion más barato resulta.

7-Utiliza pocas localizaciones.

Cuantas más localizaciones, más días de rodaje y, por lo tanto, más cara será la película.

8-No incluyas localizaciones en lugares famosos.

Si pretendes rodar en la Torre Eiffel,  Times Square o la Gran Vía madrileña te va a salir muy caro.

9-No te vuelvas loco incluyendo temas de músicos muy conocidos.

¿Es imprescindible para que funcione tu historia que utilices un tema de Bob Dylan o de U2? Seguro que los puedes cambiar por otros cuyos derechos de autor sean más asequibles.

10-Si vas a producir tu propio guion, empieza por hacer una lista de los amigos y elementos materiales que posees y escribe tu historia a partir de ahí.

Es lo que hizo Robert Rodriguez cuando se planteó su primera película, “El Mariachi”. Escribió su guion teniendo en cuenta los medios con los que contaba.

11-Escribe historias de terror.

Las historias de terror pueden ser baratas porque es posible hacerlas con un número reducido de personajes y en pocas localizaciones.

12-Escribe dramas personales.

Las historias familiares, de parejas, de conflictos entre amigos o compañeros de trabajo, etc. requieren pocas localizaciones, no tienen efectos especiales y no necesitan una gran cantidad de personajes.

Si sigues estos doce puntos (o la mayoría de ellos), tendrás más posibilidades de ver tu guion en pantalla, ya sea porque alguna productora se interese por él o porque decidas rodarlo tú mismo.

Si tienes un guion escrito y necesita una revisión, puede que quieras un análisis de guion que te ayude a mejorarlo.

Si tienes una idea y quieres convertirla en guion con la ayuda de alguien que te dé una visión desde fuera, puedes pedir un análisis de proyecto o una tutoría con seguimiento personalizado hasta que termines tu guion.

Escribe a info@cineseriesytecnicasdeguion.com para solicitar información y tarifas.

Si quieres escribir un buen guion, trabaja su estructura

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Las mentes de muchos guionistas noveles (y algunos profesionales) están repletas de buenas ideas, personajes atractivos, escenas impactantes… pero a veces sucede que sus historias avanzan a trancas y barrancas, sin un movimiento continuo y natural hacia adelante, o que la fuerza emocional del guion cae mucho antes de llegar al final.

Es un problema que encuentro a menudo en los guiones que debo analizar y la solución que propongo a los guionistas es siempre la misma: HAY QUE TRABAJAR LA ESTRUCTURA DEL GUION.

Si quieres conseguir que los espectadores se interesen por la historia que les cuentas y por lo que les sucede a tus personajes vas a tener que cuidar el orden en que narras los hechos de tu argumento. No basta con que tus escenas sean espectaculares, estén llenas de sensibilidad o repletas de acción: debes planificar la estructura en la que las insertas.

Habitualmente, una ficción dramática (drama: historia que se cuenta mediante personajes y sus acciones) se centra en un protagonista. El protagonista es el personaje principal de la historia, aquel con el que el espectador se identifica y al que sigue desde el principio al final de la narración.

A lo largo de la película, el protagonista persigue un objetivo importante para él y para conseguirlo debe realizar determinadas acciones y superar ciertos obstáculos. Puede que al final alcance su objetivo o puede que no, pero hasta el final del guion debe luchar para obtener aquello que desea. Porque sin conflicto y sin lucha no hay drama, no hay ficción dramática. Si tienes un personaje que no lucha por alcanzar un objetivo, puede que tengas un estupendo documental o un gran retrato de personajes pero no tendrás un drama, una ficción dramática.

Las acciones que el protagonista realiza para conseguir su objetivo son las que mantienen la historia en movimiento y la hacen avanzar hacia adelante.

Al final, el protagonista (consiga o no su objetivo) ha sufrido una transformación porque las experiencias vividas a lo largo de la historia le han hecho aprender algo o cambiar su forma de ver la vida. Esto es lo que se llama “el arco del personaje”.

El viejo Aristóteles sigue siendo el rey.

Por muchos siglos que hayan pasado desde que escribió su “Poética” y por más que se haya experimentado en este terreno, lo cierto es que la gran mayoría de las historias que funcionan, que hacen que la gente se sienta cautivada con ellas, siguen utilizando la estructura de tres actos que propuso Aristóteles: planteamiento, nudo y desenlace.

Una ficción dramática se divide en tres bloques llamados habitualmente “actos”. Es cierto que algunos guiones se dividen en dos o en más de tres partes. Pero todos tienen un principio, un desarrollo o nudo y un desenlace. Toda buena estructura de un guion se divide en tres bloques o actos.

¿Qué debe tener cada acto para que la estructura del guion sea eficaz desde el punto de vista dramático?

Acto I (planteamiento):

Se presenta al protagonista, al antagonista (si lo hay) y a los personajes principales. Sucede algo que pone la historia en movimiento. Esto que sucede es lo que llamamos “detonante”.

El protagonista responde a ese detonante realizando determinadas acciones y todo parece ir bien hasta que sucede algo inesperado que hace que la historia cambie bruscamente de dirección. Es lo que se llama el “primer punto de giro” o “primer nudo de la trama”. Aquí acaba el primer acto.

Acto II (nudo):

El protagonista reacciona ante el primer punto de giro planteándose alcanzar determinado objetivo. Para conseguir lo que desea debe vencer los obstáculos que irán apareciendo a lo largo de su camino, y enfrentarse al antagonista.

Al final del segundo acto sucede algo que, de nuevo, cambia bruscamente la historia de dirección. Es lo que llamamos “segundo punto de giro” y habitualmente es algo que hace que parezca que el personaje no tiene ninguna posibilidad de alcanzar su objetivo, que lo sitúa en el momento más desesperado de su trayectoria.

Acto III (desenlace):

Cuando el tercer acto empieza, parece que todo esté en contra del protagonista pero éste encuentra una manera de intentar cambiar su situación desesperada bien porque encuentre otra forma de conseguir lo que desea, bien porque decida jugarse el todo por el todo o porque aparezca una nueva meta.

El protagonista se lanza en esa nueva dirección, se enfrenta al antagonista en el clímax de la historia y consigue su objetivo (a menos que estés escribiendo una tragedia, en cuyo caso el personaje fracasará). Finalmente, el protagonista muestra al espectador la transformación que su personalidad ha sufrido o qué aprendizaje ha realizado a lo largo de sus experiencias durante la narración.

Esta estructura ha servido durante siglos para todo tipo de historias: comedias, tragedias, aventuras, thrillers, terror, westerns, ciencia ficción, etc.

Siempre ha funcionado y siempre funcionará porque, por muy vanguardista que seas, por mucho que quieras jugar con el tiempo, los flash-backs o los flash-forward,  de alguna manera tendrás que empezar a contar tu historia y de alguna forma tendrás que desarrollarla y darle un final. Es decir, tendrás que estructurarla en tres etapas. 

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Ejercicio para la creación de personajes

Los personajes son el elemento dramático más importante con que cuenta el guionista para desarrollar su historia. Es, por lo tanto, imprescindible dominar su creación y construcción.

El siguiente ejercicio consiste en crear personajes, darles forma y familiarizarse con ellos. Se puede hacer como “gimnasia” creativa, para mejorar como guionista, pero también es un buen recurso para cuando estás bloqueado.

No es necesario hacerlo de una sentada, se puede realizar en varias etapas, ya que consta de 3 partes bien diferenciadas:

1. Crea y describe seis personajes:

a) Piensa seis nombres de persona (tres femeninos y tres masculinos). No te entretengas mucho en seleccionarlos, quédate con los primeros que te vengan a la cabeza.

b) Imagina cómo son estos personajes y descríbelos en veinticinco palabras (o menos) que definan su carácter. Olvídate de su físico, lo importante es cómo son por dentro, cómo actúan, cómo ven la vida. Por ejemplo:

– Marta: Es ruidosa, habla en voz muy alta y se cree todas las noticias que ve en televisión. Le gusta ser el centro de atención.

– Rubén: Tímido y poco sociable, es un conspiranoico que, aunque de trato amable y educado, detesta su trabajo porque le obliga a tratar con demasiada gente.

Una vez tengas tus seis personajes, pasa a la segunda parte del ejercicio:

2. Escribe un monólogo interior de cada personaje:

Redacta un monólogo interior como los muchos que cada uno de nosotros realiza diariamente mientras camina por la calle, quita el polvo de los muebles o espera en la consulta del médico.

No te demores demasiado en decidir qué tienen que pensar tus personajes, simplemente escribe lo que se te vaya pasando por la cabeza, de forma automática. No importa si, a medida que vas avanzando, surgen contradicciones o incoherencias: se trata de que exteriorices todo lo que se te vaya ocurriendo, que dejes volar tu imaginación y ejercites tu creatividad.

Una vez hayas terminado, lee lo que hayas escrito y elimina lo que no te sirva: quita incoherencias, clichés y todo lo que no te guste o no te parezca correcto. Reduce cada monólogo a un máximo de 250 palabras.

Esta parte del ejercicio te habrá servido para familiarizarte con tus personajes y para espolear tu imaginación.

3. Crea una situación en la que intervengan los seis personajes y desarróllala en una escena.

No se trata de que escribas un cortometraje ni una historia con planteamiento, nudo y desarrollo. Sólo tienes que imaginar una situación en la que tomen parte los seis: Un viaje en autobús, la sala de espera de un dentista, un accidente de automóvil, un banquete de bodas, etc.

Tampoco es necesario que todos tengan la misma importancia ni participen en la misma medida. Unos pueden tener más protagonismo que otros y no es imprescindible que todos interactúen entre sí.

El objetivo de esta parte del ejercicio es que te familiarices con los personajes, que los “veas” moverse y los “oigas” hablar para que luego seas capaz de hacerlos actuar y reaccionar con naturalidad en tu guion.

Como ya he escrito en el inicio, este ejercicio no sólo sirve como práctica para mejorar tu escritura, también puede ser una manera de superar el bloqueo creativo y acabar escribiendo un guion completo.

Si tienes un guion escrito y necesita una revisión, puede que quieras un análisis de guion que te ayude a mejorarlo.

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