Ejercicios para utilizar diferentes elementos de información en una escena

Un error bastante común en guionistas noveles es el de olvidar que, además de los diálogos y las acciones del personaje, todo lo que se ve en la pantalla es un elemento potencial de información que puede ser usado para contar la historia.

Los siguientes ejercicios sirven para potenciar la utilización del decorado, los objetos que hay en este, la luz, el sonido ambiente, etc. como elementos narrativos.

Ejercicio 1:

1. Piensa en un escenario concreto, no importa si es interior o exterior. Puede ser una calle, una playa, un despacho, un restaurante o cualquier otro sitio que te venga a la cabeza.

2. Sitúa a un solo personaje en él.

3. Escribe tres breves escenas (menos de una página), sin diálogos, con el mismo personaje y en el mismo escenario. La primera escena debe mostrar al espectador que la película es una comedia, la segunda debe dar la impresión de que se trata de una historia de terror y la tercera debe parecer una producción dirigida al público infantil.

Para conseguir resultados tan distintos, apóyate en el tipo de luz (¿es de día? ¿de noche? ¿verano? ¿invierno? ¿llueve? ¿hace sol?), el sonido ambiente, el vestuario del personaje, la forma en que se mueve en el escenario, si encuentra o lleva consigo algún objeto y la forma en que lo utiliza…

Ejercicio 2:

1. Piensa en un personaje que está solo en un despacho.

2. Escribe tres escenas cortas (menos de una página) y sin diálogos en las que, por el aspecto de dicho personaje y la forma en que se comporta e interactúa con los diferentes objetos del decorado sepamos que:

a) En la primera escena el personaje es el dueño del despacho, está nervioso y espera a alguien.

b) En la segunda, es un ladrón inexperto y bastante torpe que ha entrado a robar.

c) En la tercera es un visitante que acude por primera vez al despacho, está esperando a ser atendido y está preocupado por algo.

Como puedes ver, son dos ejercicios sencillos que espolearán tu imaginación y ayudarán a enriquecer tu escritura y a hacer más creativos tus guiones. ¡Adelante con ellos, guionista!

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Seis elementos que las primeras diez páginas de tu guion deberían tener

Las primeras diez páginas de un guion serán los primeros minutos de una película y son la única oportunidad que te dará el espectador para que captes su interés antes de buscar otra cosa que ver.

Por eso son tan importantes estas primeras páginas. En ellas debes convencer al público de que vale la pena seguir viendo tu película.

Existen seis elementos imprescindibles que las primeras diez páginas de tu guion deberían tener:

1. Muestra el género de la película desde la primera imagen.

Que el espectador sepa desde el primer momento qué es lo que tiene delante. Si se trata de una película de acción, que la primera escena sea vertiginosa; si es una comedia romántica, que el primer minuto de tu guion sea una situación luminosa y divertida; si es una tragedia histórica, empieza con algo solemne y contundente.

2. Establece el universo narrativo.

Tu historia debe tener su propio universo narrativo, su ambiente particular que dé a la película un sello propio.

Parte de ese universo estará marcado por el género al que pertenezca tu guion, pero también por los personajes y su forma de ser y comportarse, los escenarios en que sitúes la acción (cerrados y opresivos, abiertos y luminosos, dinámicos o tranquilos, etc.) o el tipo de acontecimientos que sucedan.

Es importante que ese universo narrativo que has decidido darle a tu guion se muestre desde la primera escena.

3. Déjale claro al espectador quién es tu protagonista.

Como espectadores, todos, durante los primeros minutos de una película nos mantenemos un tanto distantes de lo que se nos muestra en la pantalla, estamos a la expectativa, nos preguntamos si es esa la clase de historia que queremos que nos cuenten o no. Que se haya establecido el género desde el primer momento ya nos ha dado pistas acerca de si es el tipo de historia que nos apetece que nos cuenten, pero será el protagonista quien nos convenza de que vale la pena seguir sentados y atentos a lo que se nos va a relatar.

Medita bien cuál va a ser la primera escena de tu protagonista porque aquello de que “la primera impresión es la que cuenta” es muy cierto. Tu personaje debe atraer al espectador desde su primera aparición, ya sea porque le guste y se identifique con él, ya sea porque le fascine, ya sea porque le hace sentirse superior a él.

En cuanto hayas presentado al protagonista, si lo has hecho bien, habrás empezado a establecer un lazo emocional entre el espectador y él.

4. Presenta la normalidad del protagonista.

Cuando narras una historia, estás contando que algo ha roto la normalidad del protagonista y le ha introducido en el mundo especial de la aventura (literal o figuradamente). Para que el público pueda apreciar el contraste entre el “antes” y el “después”, debe tener información acerca de cómo era la cotidianeidad del personaje. Así sabrá qué es lo que ha perdido, qué le causa dolor o incomodidad, qué es lo que desea recuperar o transformar.

5. Crea conflicto.

No esperes a que tu guion avance demasiado para crear conflicto, créalo cuanto antes. No es imprescindible que se trate del conflicto principal, el que mantiene en movimiento la macroestructura de la película, puedes utilizar (y debes) conflictos menores, que cada escena tenga el suyo propio si es posible.

6. Presenta al antagonista.

Tan importante, o más, que tu protagonista lo es el antagonista porque él es quien hace posible la historia y quien la mantiene en movimiento. En la mayoría de películas no sucedería nada digno de ser contado si no hubiera un villano que, mediante sus acciones, provoque la reacción del héroe y lo obligue a actuar.

El antagonista, como todos los elementos básicos del relato, debe ser presentado cuanto antes. Si el argumento de tu guion no te permite mostrarlo físicamente desde el principio, preséntalo mediante sus acciones y lo que otros personajes dicen de él. Por ejemplo, si tu historia trata de resolver un asesinato, es posible que no quieras que el culpable aparezca hasta el tercer acto, pero puedes presentarlo mostrando su modus operandi, los cadáveres de sus víctimas y lo que el detective protagonista u otros personajes piensan de él.

Si trabajas bien estos seis elementos en las primeras diez páginas de tu guion, tendrás mucho ganado pero no te olvides de escribir un desarrollo interesante y un final contundente para que tu película se convierta en una historia inolvidable.

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Ejercicio para la creación de personajes

Los personajes son el elemento dramático más importante con que cuenta el guionista para desarrollar su historia. Es, por lo tanto, imprescindible dominar su creación y construcción.

El siguiente ejercicio consiste en crear personajes, darles forma y familiarizarse con ellos. Se puede hacer como “gimnasia” creativa, para mejorar como guionista, pero también es un buen recurso para cuando estás bloqueado.

No es necesario hacerlo de una sentada, se puede realizar en varias etapas, ya que consta de 3 partes bien diferenciadas:

1. Crea y describe seis personajes:

a) Piensa seis nombres de persona (tres femeninos y tres masculinos). No te entretengas mucho en seleccionarlos, quédate con los primeros que te vengan a la cabeza.

b) Imagina cómo son estos personajes y descríbelos en veinticinco palabras (o menos) que definan su carácter. Olvídate de su físico, lo importante es cómo son por dentro, cómo actúan, cómo ven la vida. Por ejemplo:

– Marta: Es ruidosa, habla en voz muy alta y se cree todas las noticias que ve en televisión. Le gusta ser el centro de atención.

– Rubén: Tímido y poco sociable, es un conspiranoico que, aunque de trato amable y educado, detesta su trabajo porque le obliga a tratar con demasiada gente.

Una vez tengas tus seis personajes, pasa a la segunda parte del ejercicio:

2. Escribe un monólogo interior de cada personaje:

Redacta un monólogo interior como los muchos que cada uno de nosotros realiza diariamente mientras camina por la calle, quita el polvo de los muebles o espera en la consulta del médico.

No te demores demasiado en decidir qué tienen que pensar tus personajes, simplemente escribe lo que se te vaya pasando por la cabeza, de forma automática. No importa si, a medida que vas avanzando, surgen contradicciones o incoherencias: se trata de que exteriorices todo lo que se te vaya ocurriendo, que dejes volar tu imaginación y ejercites tu creatividad.

Una vez hayas terminado, lee lo que hayas escrito y elimina lo que no te sirva: quita incoherencias, clichés y todo lo que no te guste o no te parezca correcto. Reduce cada monólogo a un máximo de 250 palabras.

Esta parte del ejercicio te habrá servido para familiarizarte con tus personajes y para espolear tu imaginación.

3. Crea una situación en la que intervengan los seis personajes y desarróllala en una escena.

No se trata de que escribas un cortometraje ni una historia con planteamiento, nudo y desarrollo. Sólo tienes que imaginar una situación en la que tomen parte los seis: Un viaje en autobús, la sala de espera de un dentista, un accidente de automóvil, un banquete de bodas, etc.

Tampoco es necesario que todos tengan la misma importancia ni participen en la misma medida. Unos pueden tener más protagonismo que otros y no es imprescindible que todos interactúen entre sí.

El objetivo de esta parte del ejercicio es que te familiarices con los personajes, que los “veas” moverse y los “oigas” hablar para que luego seas capaz de hacerlos actuar y reaccionar con naturalidad en tu guion.

Como ya he escrito en el inicio, este ejercicio no sólo sirve como práctica para mejorar tu escritura, también puede ser una manera de superar el bloqueo creativo y acabar escribiendo un guion completo.

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No es lo mismo logline que storyline

No hay gran diferencia entre una logline y una storyline, de hecho, a menudo se las confunde porque ambas consisten en resumir en unas pocas líneas el guion. Pero, aunque logline y storyline se parezcan mucho, no son lo mismo.

¿Qué es una logline?

Una logline consiste en una o dos frases que definen la esencia de una historia y hace que quien la lea se interese por ella.

Resulta muy útil para presentar el guion a una productora ya que, cuando está bien redactada, da una idea definida del tipo de historia, género, ambiente y conflicto principal del protagonista.

La logline debe decir:

               – quién es el protagonista.

               – qué acción emprende hacia un objetivo.

               – el arco emocional del personaje.

               – si consigue, o no, su objetivo.

Veamos un ejemplo de la que podría ser la logline de una película clásica, “Casablanca” (ejemplo imaginario porque ni siquiera sé si los guionistas de “Casablanca” utilizaron logline):

Durante la Segunda Guerra Mundial, Rick regenta un café en Casablanca al que acuden refugiados, nazis y colaboracionistas. Rick, en un principio indiferente al conflicto, cambiará su actitud tras conocer a un líder de la resistencia al que ayudará a escapar de los nazis teniendo, para ello, que renunciar a la mujer que ama.

Esta logline tiene sólo 54 palabras pero nos da mucha información. Analicémosla:

“Durante la Segunda Guerra Mundial”: Sitúa el relato en su momento histórico.

“Rick regenta un café en Casablanca al que acuden refugiados, nazis y colaboracionistas”. Nos dice quién es el protagonista, el ambiente y el tipo de personajes que pueblan la historia y el lugar geográfico en el que transcurre.

“Rick, en un principio indiferente al conflicto, cambiará su actitud”. Este es el arco del personaje, que pasará de una actitud de indiferencia ante la guerra a implicarse en ella.

“Tras conocer a un líder de la Resistencia al que ayudará a escapar de los nazis teniendo, para ello, que renunciar a la mujer que ama”. Aquí están sintetizados primer punto de giro, y el segundo y tercer acto. El punto de giro es ese encuentro con el líder de la Resistencia que hace que Rick se cuestione su postura indiferente ante la guerra (segundo acto) para acabar implicándose en la lucha hasta el punto de renunciar al amor de su vida (tercer acto y escena final).

Como se puede apreciar, en la logline apenas se dice nada del segundo acto, pasamos por él de puntillas desde el primer punto de giro: “tras conocer a un líder de la Resistencia” hasta el tercer acto: “al que ayudará a escapar de los nazis”. Esto es así porque damos por descontado que lo que sucederá en este bloque de la historia serán una serie de obstáculos que el protagonista deberá sortear para llegar al final que ya hemos definido.

¿Qué es una storyline?

La storyline es una breve sinopsis del guion, unas pocas líneas en las que decimos quién es el protagonista, el antagonista (si lo hay), el primer punto de giro, el segundo acto, el segundo punto de giro, el tercer acto, insinuamos la escena final (el clímax) y definimos el arco del personaje.

Aunque no es imprescindible, resulta muy práctico dividir la storyline en tres frases (una por cada acto del guion) para ordenar lo que contamos y darle más claridad. Estas tres frases deben incluir:

Frase nº 1 – Quién es el protagonista o protagonistas, el antagonista (si lo hay), dónde sucede la trama y la situación del personaje antes de que la historia se ponga en marcha. Es decir, un resumen del primer acto.

Frase nº 2: Primer punto de giro y segundo acto.

Frase nº 3: Segundo punto de giro, tercer acto e insinuación del clímax.

Veamos ahora la posible storyline de Casablanca en comparación con su logline. Si la logline era:

Durante la Segunda Guerra Mundial, Rick regenta un café en Casablanca al que acuden refugiados, nazis y colaboracionistas. Rick, en un principio indiferente al conflicto, cambiará su actitud tras conocer a un líder de la resistencia al que ayudará a escapar de los nazis teniendo, para ello, que renunciar a la mujer que ama.

La storyline puede ser:

Durante la Segunda Guerra Mundial, Rick regenta un café en Casablanca al que acuden refugiados, nazis y colaboracionistas y él, idealista desengañado, prefiere mantenerse neutral.

Cuando Víctor, un líder de la Resistencia al que persiguen los nazis, y su esposa, Ilsa (la mujer de la que estuvo enamorado Rick tiempo atrás) necesitan la ayuda de Rick, éste debe luchar consigo mismo pues ni desea implicarse en la guerra ni confía en Ilsa, que le defraudó.

Ilsa logra convencer a Rick de que sigue amándole y ambos deciden huir de Casablanca pero, en el último momento, Rick comprenderá que ayudar a Víctor a escapar de los nazis es más importante que su felicidad personal y renuncia a Ilsa para facilitar la salvación de Víctor.

Antes de empezar a escribir nuestro guion, la storyline es imprescindible para asegurarnos de que realmente tenemos una historia que contar y no una idea difusa, algún personaje, un par de escenas… y nada más.

En la storyline, si está bien redactada, tenemos todos los elementos importantes del relato: los personajes principales, la situación en la que se encuentran al principio de la narración, el hecho que hace que se inicie el conflicto y la historia se ponga en marcha, el objetivo del personaje que hace que éste luche en el segundo acto, el momento en que se consigue, o no, el objetivo y en el que se aprecia cómo el personaje ha cambiado a lo largo del guion.

Si tenemos storyline podemos estar seguros de que tenemos guion. Con una buena storyline, podemos sentarnos a escribir nuestro guion tranquilamente porque ya tenemos un final al que dirigirnos y una estructura que dé coherencia y concentración a nuestra historia.

La storyline nos garantiza que no nos quedaremos atascados en la página 10 o 20 de nuestro guion sin saber cómo seguir y nos evita descubrir que no tenemos historia cuando ya llevamos tres semanas escribiendo.

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Showrunners: Cuando el guionista tiene el poder

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Showrunner “es un término de la industria televisiva norteamericana que designa a la persona responsable de supervisar los procesos de escritura y producción de una serie de televisión y de controlar que cada episodio se entregue en el plazo y con el presupuesto fijados por el estudio que produce la serie y la cadena que la emite”. Así define esta profesión el documental «Showrunners», dirigido por el irlandés Des Doyle.

Décadas atrás, estas tareas eran llevadas a cabo por dos personas diferentes: el productor ejecutivo y el jefe o coordinador de guionistas.

Hoy en día, lo habitual en las series de más éxito y prestigio es que la producción ejecutiva y la coordinación de guionistas estén a cargo de una sola persona, el showrunner, y éste es el guionista creador de la serie, aquel que tuvo la idea original y desarrolló el proyecto.

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Si eres un apasionado de las series y te apetece ver cómo se hacen, el día a día de los que las crean, escriben y las hacen posibles, te gustará “Showrunners”, un documental cuya elaboración duró casi tres años y que se financió por medio de una campaña de crowdfunding.

“Showrunners” empieza cuando Hart Hanson (creador y showrunner de “Bones”) conduce a primera hora de la mañana desde su casa al estudio de televisión y continúa acompañándolo a lo largo de su jornada en sus reuniones con el equipo de guionistas, el equipo técnico, en sus visitas al plató de rodaje, etc.

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Mientras Hart Hanson nos muestra en qué consiste su trabajo, podemos asistir a las entrevistas con otros guionistas de series de éxito como:

J.J Abrahams, creador y showrunner de “Felicity”, “Alias” y “Lost & Fringe”, entre otras series (además de director de “Star Trek”, “Super 8” y el episodio VII de ”Stars Wars”), Matthew Carnahan, creador y showrunner de “Trinity”, “Dirt” y “House of Lies, Steven S. Deknight (“Spartacus”), Robert y Michelle King (“The Good Wife”), Damon Lindelof (“Lost” y “The Leftovers”), Ronald D. Moore (“Carnivale”, “Battlestar Galactica”, “Outlander”), Jonathan Nolan y Greg Plageman (“Person of Interest”), Bill Prady (“The Big Bang Theory”), Janet Tamaro (Rizzoli & Isles), Joss Whedon (Buffy Cazavampiros), Shawn Ryan (“The Shield”, “The Chicago Code”) y Kurt Sutter (“Sons of Anarchy”).