Seis elementos que las primeras diez páginas de tu guion deberían tener

Las primeras diez páginas de un guion serán los primeros minutos de una película y son la única oportunidad que te dará el espectador para que captes su interés antes de buscar otra cosa que ver.

Por eso son tan importantes estas primeras páginas. En ellas debes convencer al público de que vale la pena seguir viendo tu película.

Existen seis elementos imprescindibles que las primeras diez páginas de tu guion deberían tener:

1. Muestra el género de la película desde la primera imagen.

Que el espectador sepa desde el primer momento qué es lo que tiene delante. Si se trata de una película de acción, que la primera escena sea vertiginosa; si es una comedia romántica, que el primer minuto de tu guion sea una situación luminosa y divertida; si es una tragedia histórica, empieza con algo solemne y contundente.

2. Establece el universo narrativo.

Tu historia debe tener su propio universo narrativo, su ambiente particular que dé a la película un sello propio.

Parte de ese universo estará marcado por el género al que pertenezca tu guion, pero también por los personajes y su forma de ser y comportarse, los escenarios en que sitúes la acción (cerrados y opresivos, abiertos y luminosos, dinámicos o tranquilos, etc.) o el tipo de acontecimientos que sucedan.

Es importante que ese universo narrativo que has decidido darle a tu guion se muestre desde la primera escena.

3. Déjale claro al espectador quién es tu protagonista.

Como espectadores, todos, durante los primeros minutos de una película nos mantenemos un tanto distantes de lo que se nos muestra en la pantalla, estamos a la expectativa, nos preguntamos si es esa la clase de historia que queremos que nos cuenten o no. Que se haya establecido el género desde el primer momento ya nos ha dado pistas acerca de si es el tipo de historia que nos apetece que nos cuenten, pero será el protagonista quien nos convenza de que vale la pena seguir sentados y atentos a lo que se nos va a relatar.

Medita bien cuál va a ser la primera escena de tu protagonista porque aquello de que “la primera impresión es la que cuenta” es muy cierto. Tu personaje debe atraer al espectador desde su primera aparición, ya sea porque le guste y se identifique con él, ya sea porque le fascine, ya sea porque le hace sentirse superior a él.

En cuanto hayas presentado al protagonista, si lo has hecho bien, habrás empezado a establecer un lazo emocional entre el espectador y él.

4. Presenta la normalidad del protagonista.

Cuando narras una historia, estás contando que algo ha roto la normalidad del protagonista y le ha introducido en el mundo especial de la aventura (literal o figuradamente). Para que el público pueda apreciar el contraste entre el “antes” y el “después”, debe tener información acerca de cómo era la cotidianeidad del personaje. Así sabrá qué es lo que ha perdido, qué le causa dolor o incomodidad, qué es lo que desea recuperar o transformar.

5. Crea conflicto.

No esperes a que tu guion avance demasiado para crear conflicto, créalo cuanto antes. No es imprescindible que se trate del conflicto principal, el que mantiene en movimiento la macroestructura de la película, puedes utilizar (y debes) conflictos menores, que cada escena tenga el suyo propio si es posible.

6. Presenta al antagonista.

Tan importante, o más, que tu protagonista lo es el antagonista porque él es quien hace posible la historia y quien la mantiene en movimiento. En la mayoría de películas no sucedería nada digno de ser contado si no hubiera un villano que, mediante sus acciones, provoque la reacción del héroe y lo obligue a actuar.

El antagonista, como todos los elementos básicos del relato, debe ser presentado cuanto antes. Si el argumento de tu guion no te permite mostrarlo físicamente desde el principio, preséntalo mediante sus acciones y lo que otros personajes dicen de él. Por ejemplo, si tu historia trata de resolver un asesinato, es posible que no quieras que el culpable aparezca hasta el tercer acto, pero puedes presentarlo mostrando su modus operandi, los cadáveres de sus víctimas y lo que el detective protagonista u otros personajes piensan de él.

Si trabajas bien estos seis elementos en las primeras diez páginas de tu guion, tendrás mucho ganado pero no te olvides de escribir un desarrollo interesante y un final contundente para que tu película se convierta en una historia inolvidable.

Si tienes un guion escrito y necesita una revisión, puede que quieras un análisis de guion que te ayude a mejorarlo.

Si tienes una idea y quieres convertirla en guion con la ayuda de alguien que te dé una visión desde fuera, puedes pedir un análisis de proyecto o una asesoría personalizada.

Si quieres escribir tu primer guion y no sabes por dónde empezar, pide una tutoría de acompañamiento que te ayude desde la primera línea hasta la última versión del guion.

Escribe a info@cineseriesytecnicasdeguion.com para solicitar información y tarifas.

Ejercicios para practicar la construcción de personajes

No basta con crear un personaje con características interesantes, hay que mantener y desarrollar las mismas a lo largo de todo el guion. Necesitamos construir personajes coherentes que mantengan su personalidad durante toda la narración.

Por eso es importante que el guionista practique la construcción de personajes. Los siguientes dos ejercicios te pueden ayudar a ello:

Cambia el rol del protagonista y el antagonista

Toma una de tus películas favoritas y cambia la posición de su protagonista y antagonista en la trama.

Por ejemplo: ¿Qué pasaría si, en “Psicosis”, Norman Bates fuera el inocente chico que cuida de su madre impedida y Marion fuera una peligrosa delincuente que ha ido al Motel Bates para matar y robar a sus propietarios? O, ¿Qué pasaría si Freddy Krueger fuera un buen hombre, marginado por su aspecto, y sus víctimas fueran una banda de terroristas que prepara un atentado?

Escribe una o dos escenas (no más de un par de páginas) en las que se muestre esto.

Cambia la caracterización

Elige una película que conozcas bien y cambia drásticamente el perfil psicológico de sus personajes principales.

Por ejemplo: ¿Qué pasaría si el personaje de Julia Roberts en “Pretty Woman”, en lugar de ser una chica alocada y un tanto ingenua, fuese una mujer calculadora y fría? ¿Y si el personaje de Richard Gere, en la misma película, fuese un narcotraficante buscado por la DEA?

Escribe una o dos escenas (no más de un par de páginas) en las que se muestre esto.

Estos dos ejercicios te ayudarán a mejorar los personajes de tus propias historias y ¿quién sabe? puede que te inspiren para escribir un guion.

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Cómo escribir una buena escena de suspense

En España lo llamamos “suspense”; en Hispanoamérica, “suspenso”. En ambos casos nos referimos a ese sentimiento de ansiedad e incertidumbre, esa necesidad apremiante de saber qué va a ocurrir que sentimos cuando estamos viendo determinadas escenas de una película o leyendo ciertos pasajes un libro.

Experimentamos una sensación de suspense (o suspenso) cuando vemos que la protagonista de una película camina de noche por una calle solitaria, apenas iluminada por la luna, y los espectadores sabemos que el asesino anda cerca.

El suspense no es algo privativo del terror, la amenaza de muerte o de situaciones peligrosas. También hay suspense cuando el chico está a punto a declararse a la chica y sentimos la necesidad apremiante de saber si ella aceptará o no.

O cuando un personaje infantil acaba de hacer una travesura y esperamos impacientes la reacción del padre.

Cómo se activa el suspense en un guion

No sólo en un guion cinematográfico o de televisión, también en una obra literaria para provocar en el espectador o lector esa necesidad apremiante de saber ¡ya! lo que va a ocurrir se deben seguir los siguientes pasos:

El Anuncio:

Contamos al espectador que algo está a punto de ocurrir.

Es lo que hacemos cuando mostramos a la chica de la película hablando por teléfono en su casa, tranquilamente, y después presentamos al asesino que merodea en el jardín.

La Demora:

En lugar de contar enseguida si el asesino entrará en la casa o no, aplazamos la respuesta entreteniéndonos con acciones que parecen innecesarias desde el punto de vista narrativo (puesto que no dan información nueva ni hacen avanzar la acción) como pueden ser las imágenes de él espiando a la joven, la conversación anodina de ésta con su mejor amiga, etc.

Reducción de alternativas:

Hacer que el espectador no se distraiga pensando en diferentes soluciones para la situación que está presenciando. Restringir a sólo dos las posibles respuestas a la pregunta planteada (la matará-no la matará, sí-no, vida-muerte, salvación-perdición).

Es lo que conseguimos cuando ella sigue hablando por teléfono y él saca su cuchillo y entra en la casa sin hacer ruido.

Exageración de la demora:

Consiste en retrasar la respuesta anhelada por el espectador mediante acciones aparentemente innecesarias (el asesino que, en lugar de ir directamente al salón en el que se encuentra la protagonista, se dirige a la habitación de los padres, a la sala de estar, a la biblioteca…).

Siguiendo estos cuatro pasos conseguirás buenas escenas de suspense siempre que no olvides que para que el espectador sienta la necesidad apremiante de saber ¡ya! lo que va a pasar, antes debes haber provocado su identificación con el personaje.

 

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Ejercicios para utilizar diferentes elementos de información en una escena

Un error bastante común en guionistas noveles es el de olvidar que, además de los diálogos y las acciones del personaje, todo lo que se ve en la pantalla es un elemento potencial de información que puede ser usado para contar la historia.

Los siguientes ejercicios sirven para potenciar la utilización del decorado, los objetos que hay en este, la luz, el sonido ambiente, etc. como elementos narrativos.

Ejercicio 1:

1. Piensa en un escenario concreto, no importa si es interior o exterior. Puede ser una calle, una playa, un despacho, un restaurante o cualquier otro sitio que te venga a la cabeza.

2. Sitúa a un solo personaje en él.

3. Escribe tres breves escenas (menos de una página), sin diálogos, con el mismo personaje y en el mismo escenario. La primera escena debe mostrar al espectador que la película es una comedia, la segunda debe dar la impresión de que se trata de una historia de terror y la tercera debe parecer una producción dirigida al público infantil.

Para conseguir resultados tan distintos, apóyate en el tipo de luz (¿es de día? ¿de noche? ¿verano? ¿invierno? ¿llueve? ¿hace sol?), el sonido ambiente, el vestuario del personaje, la forma en que se mueve en el escenario, si encuentra o lleva consigo algún objeto y la forma en que lo utiliza…

Ejercicio 2:

1. Piensa en un personaje que está solo en un despacho.

2. Escribe tres escenas cortas (menos de una página) y sin diálogos en las que, por el aspecto de dicho personaje y la forma en que se comporta e interactúa con los diferentes objetos del decorado sepamos que:

a) En la primera escena el personaje es el dueño del despacho, está nervioso y espera a alguien.

b) En la segunda, es un ladrón inexperto y bastante torpe que ha entrado a robar.

c) En la tercera es un visitante que acude por primera vez al despacho, está esperando a ser atendido y está preocupado por algo.

Como puedes ver, son dos ejercicios sencillos que espolearán tu imaginación y ayudarán a enriquecer tu escritura y a hacer más creativos tus guiones. ¡Adelante con ellos, guionista!

Si tienes un guion escrito y necesita una revisión, solicita un análisis de guion que te ayude a mejorarlo.

Si tienes una idea y quieres convertirla en guion con la ayuda de un profesional que te dé una visión desde fuera, pide un análisis de proyecto o una tutoría con seguimiento personalizado hasta que termines tu guion.

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Cómo escribir buenas descripciones

Las descripciones de un guion son, posiblemente, la parte del mismo a la que menos atención prestan muchos guionistas. Es habitual que se preocupen por los personajes, por su creación y construcción, que trabajen los diálogos y los escriban y reescriban buscando mejorarlos cada vez más, pero las descripciones suelen ser el pariente pobre al que apenas se hace caso.

Craso error, porque las descripciones son las que harán que el lector de tu guion pueda imaginar la película en su mente y experimentarla de forma visual mientras lee lo que has escrito.

Las descripciones de un guion de cine o televisión no son como las literarias, tienen sus propias características y hay varios puntos que deberías tener en cuenta a la hora de redactarlas:

1. Evita describir movimientos de cámara, planos o encuadres.

Esos detalles son competencia del director y deben desarrollarse en el guion técnico que él realice. Recuerda que tú estás escribiendo el guion literario.

Aunque pienses dirigir tu guion, deja la parte técnica para el guion técnico o marearás al lector de tu guion que tendrá que estar imaginándose movimientos de cámara y encuadres mientras intenta juzgar la trama y familiarizarse con los personajes. Se sentirá confuso y tenderá a pensar que tu guion no está bien escrito.

Por otro lado, cuanto más larga sea la descripción, más sensación de lentitud dará el guion.

2. Que la descripción sea lo más corta posible

No pierdas el tiempo describiendo con todo detalle el vestuario de los personajes, ni todos y cada uno de sus gestos. No impacientes al lector con detalles inútiles sobre los muebles o enumerando los ingredientes de los tres platos y el postre que está tomando el protagonista en la escena.  Describe sólo lo esencial para que el lector se imagine el escenario, los personajes y sus acciones.

Cuanto más larga sea la descripción más ralentizará la lectura y dará la sensación de que la película es lenta y confusa. Confía en la imaginación del lector.

3. No describas nada que no se pueda ver en pantalla

No nos cuentes qué piensa el personaje porque eso no se va a ver en pantalla, ni le digas al lector que determinada acción simboliza no sé qué porque eso no se va a ver en pantalla.

Recuerda que escribir un guion es contar una historia mediante personajes y sus acciones y que lo que prima es la imagen. Así que si quieres que el espectador sepa lo que piensa un personaje, tendrás que idear una situación en la que, por su forma de reaccionar, quede patente lo que piensa.

4. Evita indicar canciones y/o músicos concretos para la banda sonora

Ni eres el encargado de la banda sonora ni puedes estar seguro de que los temas y músicos que a ti te gustan puedan ser usados en la película sin contravenir las leyes de derechos de autor.

5. No olvides que el guion literario es una herramienta de trabajo

El guion literario no es una obra acabada como lo puede ser una novela o un relato. El guion literario es el plano sobre el que se construirá la película. Es, por lo tanto, una herramienta de trabajo que usarán muchas personas: el equipo de producción, el de arte, los actores, el director, etc.

Las descripciones forman parte de esa herramienta y el guionista debe escribirlas pensando en ello y facilitando la labor de todos aquellos que intervengan en la película.

¿Estás de acuerdo con los puntos anteriores? ¿Añadirías o quitarías alguno?

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