Rillington Place: O te entusiasma o no eres capaz de acabar de verla

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Rillington Place es una miniserie de televisión de la BBC. Basada en hechos reales ocurridos en las décadas de los 40 y 50 del pasado siglo. Cuenta la historia de John Christie, asesino de, al menos, ocho mujeres a las que estranguló en la casa en la que vivía junto a su esposa, el número 10 de la calle Rillington Place.

La serie consta de tres episodios de una hora de duración cada uno, por lo que se podría decir que es un largometraje de tres horas.

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Cada episodio está contado desde el punto de vista de un personaje:

El primero, lo vemos desde la perspectiva de Ethel (Samantha Morton), la esposa de John Christie (Tim Roth). Ethel es una mujer tradicional, educada en la idea de que cuando una mujer se casa, lo hace para toda la vida.

La convivencia con su marido es tediosa (sí, un asesino en serie puede ser muy aburrido en su vida cotidiana) y Ethel sospecha que en su casa ocurren cosas extrañas, pero apuesta por apoyar a su esposo porque considera que es su deber.

La acción del segundo capítulo está descrita desde la visión de Timothy Evans (Nico Mirallegro), un vecino de los Christie.

El tercero se centra en el protagonista, John Christie.

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Escrita por Tracey Malone y Ed Whitmore y dirigida por Craig Viveiros, Rillington Place no es la típica historia sobre un asesino en serie: no hay escenas sangrientas, violencia ni demasiada acción física.

Es una de esas historias inglesas en las que parece no estar pasando nada, o casi nada, y el espectador descubre, al final, que sí estaban ocurriendo muchas cosas de las que apenas se hablaba mientras los personajes tomaban el té, paseaban al perrito o tenían conversaciones anodinas.

Los colores saturados de la fotografía, el deterioro y la vejez de los decorados, esos tonos grises y marrones, apagados y asfixiantes, la manera encogida de caminar de John Christie que siempre habla en susurros, la contención tímida de su esposa Ethel… consiguen un clima triste y agobiante que no deja indiferente: o te entusiasma la serie o no eres capaz de acabar de verla. A mí me ha encantado.

 

Las 36 situaciones dramáticas posibles

Como profesora de guion de cine, televisión y audiovisuales, me divierte la cara que ponen mis alumnos cuando el primer o segundo día de clase les hago saber que sólo existen 36 situaciones dramáticas posibles y que todas ellas están ya escritas en la Biblia o en la literatura de la Antigua Grecia.

Les digo que si creían que van a inventar una trama que nadie antes haya usado, están muy equivocados… pero que no se preocupen porque:

  1. Existen muchas menos notas musicales y el ser humano lleva siglos componiendo canciones, óperas, sonatas, etc. muy diferentes.
  2. Que todos los argumentos dramáticos hayan sido contados no significa que ellos -mis alumnos- no puedan ser originales, ya que la originalidad no está en lo que se cuenta sino en la manera en que se cuenta.

¿Quién y cómo llegó a la conclusión de que sólo existen 36 situaciones dramáticas?

Empezó con ello el dramaturgo veneciano Carlo Gozzi (1720-1806), quien realizó una lista con todas las situaciones dramáticas posibles en el teatro y la literatura con el resultado de que eran 36.

La lista de Gozzi se perdió y autores del prestigio de J. W. Goethe y Friedrich Schiller llegaron a negar la tesis del veneciano.

Más tarde, el escritor francés Georges Polti (1867-1946) realizó un estudio exhaustivo de la literatura clásica y coincidió con Carlo Gozzi en que son 36 las situaciones dramáticas posibles porque 36 son las emociones humanas básicas.

Son las siguientes:

  1. La Súplica.
  2. El Rescate.
  3. La venganza que sigue al crimen.
  4. Venganza de parientes sobre parientes.
  5. La Persecución.
  6. Desastre o desgracia irreparable.
  7. Víctimas de la crueldad o la desgracia.
  8. Rebelión.
  9. Tentativa o empresa audaz.
  10. Secuestro.
  11. Enigma.
  12. Logro o consecución.
  13. Enemistad u odio entre parientes.
  14. Rivalidad entre familias.
  15. Adulterio homicida.
  16. Locura.
  17. Imprudencia fatal.
  18. Crímenes involuntarios de amor.
  19. Matar a un pariente no conocido.
  20. Sacrificarse por un ideal.
  21. Sacrificarse por los allegados.
  22. Sacrificarse por una pasión.
  23. Necesidad de sacrificar a personas amadas.
  24. Rivalidad entre superior e inferior.
  25. Adulterio.
  26. Crímenes por amor.
  27. Descubrimiento de la deshonra de la persona amada.
  28. Amores imposibles.
  29. Un enemigo amado.
  30. Ambición.
  31. Conflicto con Dios.
  32. Celos equivocados.
  33. Juicios erróneos.
  34. Remordimientos.
  35. Reencontrar a una persona perdida.
  36. Pérdida de personas amadas.

Si alguien está interesado en profundizar en el tema, puede leer el libro publicado por Georges Polti que se titula, cómo no, “Las 36 situaciones dramáticas”.

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Beware the Slenderman: Cuando lo virtual invade la realidad

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Slenderman (llamado en español El Hombre Delgado) es un personaje ficticio que nació en 2009 en el foro de internet Something Awful.

En principio, se trataba de editar fotografías para añadirles una figura sobrenatural o fantástica. Un forero cuyo nick era Victor Surge, subió dos fotografías en blanco y negro que mostraban un grupo de niños y les añadió la figura espectral de un hombre al que llamó The Slender Man.

Agregó a la primera fotografía el siguiente texto: “No queríamos ir, no queríamos matarlos, pero su persistente silencio y sus extendidos brazos nos horrorizaban y nos confortaban al mismo tiempo… 1983, fotógrafo desconocido dado por muerto”.

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Al pie de la segunda imagen escribió: “Una de las dos fotografías recuperadas del incendio de la Librería de Stirling City. Notable por haber sido tomada el mismo día en que catorce niños desaparecieron y por lo que se conoce como “El Slender Man”. Deformidades citadas por oficiales como defectos de cámara. El incendio en la librería ocurrió una semana después. Fotografía real confiscada como evidencia. 1986, fotógrafo: Mary Thomas, desaparecida desde el 13 de junio del mismo año”.

Slenderman, o The Slender Man, es un hombre muy alto y delgado cuyo rostro no tiene facciones, siempre viste con traje y de su espalda salen seis tentáculos. Acosa, persigue y acecha a sus víctimas que suelen ser niños o adolescentes.

El éxito de Slenderman en Something Awful le hizo traspasar el foro y recorrer internet como personaje de numerosas obras de ficción audiovisuales y escritas, juegos y webseries ideadas por sus fans.

Como ya ha pasado a menudo con determinadas películas de terror, no tardaron en aparecer casos de asesinos en la vida real que decían haber cometido sus crímenes por influencia de Slenderman.

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Uno de estos sucesos tuvo lugar el 31 de mayo de 2014, en Wisconsin, cuando dos niñas de 12 años apuñalaron 19 veces a una compañera de clase porque querían convertirse en ayudantes de Slenderman e irse a vivir a la mansión de éste.

Las dos niñas, Morgan Geyser y Anissa Weier, son las protagonistas del documental de la HBO “Beware The Slenderman”, escrito y dirigido por Irene Taylor Brodsky y estrenado en mayo de 2016.

En “Beware The Slenderman” (Cuidado con el Slenderman), los estupefactos padres de las dos niñas nos cuentan sus impresiones y su asombro ante lo que han hecho sus hijas; podemos ver los interrogatorios policiales a las dos menores y asistir al juicio en el que ambas se enfrentaban a una posible condena de 65 años de cárcel.

“Beware The Slenderman” es un documental absolutamente recomendable en el que vemos lo que ocurre, a veces, cuando lo virtual invade la realidad…

Pablo Escobar, el patrón del mal

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Pablo Escobar fue apodado El Patrón del Mal, El Capo, El Duro, El Zar de la Cocaína…

En la década de los ochenta estableció alianzas con otros capos del narcotráfico de la zona de Antioquia (Colombia), creando así el famoso Cartel de Medellín que llegó a controlar más del 80% de la producción mundial de cocaína.

Hizo tanto dinero que propuso al gobierno colombiano pagar la deuda externa del país a cambio de un acuerdo. Es, muy probablemente, el narcotraficante más famoso de todos los tiempos.

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La serie “Pablo Escobar, el Patrón del Mal” emitida en 2012 por la Cadena Caracol narra su biografía. Escrita por el guionista Juan Camilo Ferrand, está basada en el libro de Alonso Salazar, “La Parábola de Pablo”.

Cuando empecé a ver “Pablo Escobar, el patrón del mal”, lo primero que me gustó de ella fue que su protagonista no tiene el falso glamour de los asesinos y mafiosos de muchas producciones norteamericanas.

Este Pablo Escobar, magníficamente interpretado por Andrés Parra, es gordito, con barriguita, con el pelo lleno de gomina o algún producto similar para intentar dominar sus rizos encrespados, peinado con una raya al lado que parece trazada con herramientas de precisión… asesino caprichoso y sin escrúpulos que cuando su madre le reprende por sus acciones, baja la cabeza y se excusa con tono infantil alegando que “todo es mentira, ma… son calumnias”.

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Otra cosa que me conquistó de la serie “Pablo Escobar, el patrón del mal” es que no se conforma con mostrar acción física, persecuciones, tiroteos, violencia… como tantas producciones que versan sobre la temática del narcotráfico, sino que sitúa la trama en su contexto histórico, muestra la sensación de impotencia de los gobernantes ante una situación que parecía habérseles ido de las manos, nos hace sentir el desamparo y la tragedia de los ciudadanos colombianos y de aquellos que se oponían a Pablo Escobar y al Cartel de Medellín…

“Pablo Escobar, el patrón del mal” es una serie que me ha enganchado y  mantenido en vilo desde su primer episodio hasta el último.